El Gobierno kirchnerista amenaza con cerrar exportaciones de carne, poniendo en peligro la producción nacional.

Conforme avanza y se profundiza la crisis inflacionaria, el Gobierno se radicaliza cada vez más y ahora decidió amenazar a los productores en un desesperado intento por bajar los precios.

Ante los aumentos en el precio de la carne, la Secretaría de Comercio culpó a los productores por la inflación en alimentos y amenazó con cerrar las exportaciones cárnicas.

De concretarse, la medida podría afectar severamente al sector ganadero y comprometería no solo a la producción local de carne sino a miles de puestos de trabajo que dependen de la demanda externa.

Las medidas de Paula Español resultaron un profundo fracaso a la hora de detener el ritmo de aumento en los precios, pero el Gobierno insiste en su tesitura y, como tantas otras veces se intentó en la historia argentina, buscará un diferencial entre el precio internacional de la carne y el precio local.

Para Español la inflación en los alimentos, en este caso en el precio de la carne, no se debe a la política monetaria y económica del oficialismo sino que se trata de la “especulación de los productores”.

En respuesta, la secretaría de Comercio continuará con su agenda de persecución empresarial. Las medidas que están actualmente en estudio podrían establecer la implementación de cupos, licencias y encajes para exportar, un esquema obsoleto en el mundo y típico de la segunda mitad del siglo XX argentino.

El Ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, se desligó de las necesidades de la producción nacional de carne y decidió apoyar las medidas de Paula Español. El Ministro no descartó una nueva suba de retenciones para la carne.

A pesar de la presunta preocupación por el precio de la carne y la falta de acceso para los consumidores argentinos, el Gobierno no planteó ni estudia ninguna medida en torno modificar la carga impositiva que se traslada al precio de los consumidores. Se estima que los impuestos representan un tercio del precio de la carne.

La tenue movilidad en el precio del dólar fue insignificante a la hora de tranquilizar el aumento de los precios, un fenómeno que contradice lo que planteaba Martín Guzmán, que aseguraba que los aumentos dejarían de ser significativos dado el esquema de devaluación programada.

Pese a la tranquilidad cambiaria y con fuerte descenso de la divisa en los segmentos alternativos, los precios mayoristas aumentaron un 12,1% entre diciembre de 2020 y febrero de este año.

En respuesta a la debacle inflacionaria Guzmán lanzó una nueva predicción para el corto plazo y asegura que, a partir del mes de mayo, los precios seguirán aumentado pero a un ritmo de solo el 2% mensual.

Sin embargo las metas del oficialismo son duramente cuestionadas por las expectativas de mercado. En solamente tres meses de lo que va del 2021, la inflación acumulada llegó al 11% mientras que Guzmán prometió una inflación interanual del 29% para la acumulación de 12 meses hasta diciembre.

La secretaría de Comercio aplicó fuertes sanciones con aquellos pequeños comerciantes que no se adaptaran a las disposiciones de Paula Español, destruyendo su fuente de trabajo. Aun así, esto solo consiguió una contracción en el nivel de oferta y una presión adicional sobre los precios.

La meta de Guzmán pierde cada vez más credibilidad, la mayoría de las consultoras privadas estiman que la inflación para diciembre será mucho más alta y con un claro piso en torno al 40% y en adelante.