Pablo Moyano no fue a la cena de la CGT con Alberto Fernández y analiza renunciar a la central sindical

Vuelve a crujir la unidad en la CGT. La ausencia sin aviso de Pablo Moyano a la cena que mantuvieron los demás integrantes de la “mesa chica” de la central obrera en la Quinta de Olivos con el presidente Alberto Fernández el lunes por la noche podría significar el inicio de su salida de la Confederación General del Trabajo.

A raíz de ello, el sindicalista de Camioneros se reunirá este martes por la tarde con gremialistas aliados para definir su continuidad en el triunvirato que conduce la CGT e integra junto a Héctor Daer y Carlos Acuña.

El encuentro entre el Presidente y los líderes cegetistas se venía cocinando a fuego a lento desde hace varios días. El menú del lunes fue asado, pero en la carta se incluyeron otros ingredientes de coyuntura: reapertura de paritarias en el sector público y privado, un bono de fin de año (suma fija no porcentual) para compensar el desfase inflacionario, una partida de ayuda a las obras sociales sindicales y la escalada de conflictos gremiales en varias actividades, con epicentro en el volcánico sindicato del SUTNA.

La cita fue a las 21, pero los comensales comenzaron a llegar más temprano en sus autos, pasadas las 20:00, por el ingreso de la calle Villate y con pocas ganas de hablar con los periodistas que hacían guardia. De arranque, el primer dato importante para la interna cegetista: entraron Héctor Daer y Carlos Acuña sin Pablo Moyano. Allegados al líder camionero admitieron a TN que ni siquiera fue invitado a la reunión con el Presidente. “No sabemos nada, nos enteramos por ustedes, los periodistas. No nos sorprende”, agregó lacónico.

Repasando quiénes estuvieron cenando en el quincho de la quinta, junto al presidente Alberto Fernández y el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, fueron los mencionados Daer y Acuña (ambos de buena sintonía con el jefe de Estado y el ministro Sergio Massa) y otros “Gordos” e independientes de la mesa chica: José Luis Lingeri, Andrés Rodríguez, Gerardo Martínez, Armando Cavalieri y Jorge Sola. Una vez más, diferencias notorias entre este sector de alineamiento político con el gobierno nacional y el grupo de dirigentes que se apoyan en Moyano y su Frente Sindical para el Modelo Nacional (Fresimona) y la Corriente Federal de Trabajadores, de sesgo kirchnerista.

Aunque el encuentro se terminó de cerrar el fin de semana por la agenda disponible que tenía Alberto Fernández, los equipos técnicos del ministro Sergio Massa ya habían avanzado con algunos pedidos concretos hechos por los sindicalistas, con agenda abierta. Claro, la apremiante coyuntura económica inflacionaria que pisa los salarios de los trabajadores encabezaba la lista con la premisa de reapertura de paritarias libres. Algo que ya está ocurriendo en varias ramas de gremios privados. Massa se disculpó por no poder asistir al asado, ya que anoche seguía trabajando con su equipo en el Ministerio de Economía con el proyecto de Presupuesto 2023.

El Gobierno quiere que se encuentre una herramienta rápida y efectiva para recuperar salarios en el sector público y privado. Aunque hay que hacer equilibrio con las urgencias presupuestarias del empresariado y las metas comprometidas con el FMI, desde la conducción económica no ven con malos ojos otorgar antes de fin de año un bono o una suma fija para aliviar algo los bolsillos maltrechos de los trabajadores. La opción suma fija (alentada por la vicepresidenta Cristina Kirchner) es la menos conveniente para los gremios porque comprime la pirámide salarial de los convenios y complicaría la discusión paritaria. El propio ministro Moroni coincide con la objeción que hacen los “Gordos” de la CGT.

Paritarias libres contra la inflación y el conflicto en el gremio del neumático
El tema más picante, matizado entre carnes y achuras, fue la conflictividad en varios gremios que se transita por estos días. Hay paros y medidas de fuerza en el sindicato de trabajadores de Peaje (liderado por otro Moyano, Facundo), en el gremio de la lechería, con los empleados marítimos del SOMU y en el SUTNA, de los obreros de los neumáticos. La escalada que tuvo esta pelea, que ya lleva más de cuatro meses con las tres fábricas del sector (Bridgestone, Fate y Pirelli), ya derrama en otras actividades productivas. Hay preocupación en la industria automotriz y todas las Pymes que interactúan con este sector que emplea a miles de trabajadores.

Los “Gordos” cuestionan la virulencia del conflicto que activa la conducción del SUTNA, especialmente la ocupación durante dos días de oficinas del Ministerio de Trabajo en la sede de Callao y Bartolomé Mitre y la pasividad que mostró la cartera laboral que dirige el ministro Claudio Moroni. Los líderes sindicales no hicieron público este malestar, pero anoche Moroni escuchó los reproches con claridad y firmeza. Los paros y bloqueos sindicales que lleva adelante este gremio liderado por Alejandro Crespo, hombre del Partido Obrero que hoy tiene el apoyo de varios sindicalistas peronistas, entre otros, Pablo Moyano.

El asado entre el presidente Alberto Fernández, el ministro Claudio Moroni y los “Gordos” de la CGT se extendió casi 3 horas, en un clima cordial, pero con pedidos concretos y preocupantes para la conducción obrera. Antes de la medianoche, las luces de los autos que llevaban a los sindicalistas apuntaron al portón de Villate. La mayoría optó el silencio, como al ingreso. El próximo capítulo se verá en la vieja sede de Azopardo 802.