Aníbal Fernández está haciendo su trabajo: vino para ser el pandillero del Gobierno

El flamante ministro de Seguridad, histórica figura del kirchnerismo duro, intimidó a un popular dibujante de un medio opositor y desde Juntos por el Cambio piden su renuncia. Parece que no entienden que es el rol que vino a asumir.

Todo empezó con un comentario del ilustrador Nik en sus redes sociales, con motivo de los viajes de egresados subsidiados de la provincia de Buenos Aires. Desde su cuenta de Twitter, el artista señaló que el evidente manotazo de ahogado del kirchnerismo y Axel Kicillof antes de las elecciones es otro capítulo demagogo y populista del plan de regalar cosas como “heladeras, garrafas y platita”. Sin embargo, para el “padre” de Gaturro, estas iniciativas fracasarán en las urnas en noviembre: “Los va a volver a derrotar la dignidad del pueblo”, aseguró. Ahora, esto tuvo una respuesta del calibre de un mafioso y el autor de ella fue Aníbal Fernández. Lo hizo fiel a su estilo y ahora la oposición pide su renuncia. Parece que no entienden que, justamente, vino a ser el patotero del oficialismo.

Desde sus redes sociales, el nuevo ministro de Seguridad dijo que muchas escuelas reciben subsidios y nombró, justamente, a la ORT, donde estudian los hijos del artista. El tono fue prepotente e intimidante, pero Nik contestó con un dibujo y cosechó el respaldo de la mayor parte de la opinión pública y de todo el arco opositor.

Poco tiempo después, Fernández aseguró que le escribió por privado y que le pidió disculpas a Nik, si se sintió ofendido o intimidado. Sin embargo, el tema ya había escalado y desde Juntos por el Cambio emitieron un comunicado donde solicitan que el nuevo vocero de facto del Frente de Todos ponga a disposición del presidente la “renuncia indeclinable”.

“Aníbal Fernández traspasó un límite delicadísimo. No solo amenazó a un ciudadano por sus críticas al Gobierno, sino que puso en peligro a sus hijos”, señalaron desde la bancada opositora. Para los legisladores de Cambiemos, el ministro de Seguridad “no está a la altura” de su cargo, fomenta prácticas que “no se condicen con la democracia” y “pone en peligro la convivencia de los argentinos”.

Más allá que el pedido opositor sea meramente político y no tenga chances de ser considerado, lo que hay que entender es que Aníbal Fernández vino justamente a desarrollar esta tarea, que, dicho sea de paso, le queda muy cómoda. El quebrado Frente de Todos de Alberto Fernández y Cristina Kirchner diseñó un plan luego de la derrota de las PASO y lo está cumpliendo al pie de la letra: asistencialismo populista extremo, emisión monetaria descontrolada, así cómo correr a Alberto y a Cristina de la escena, de modo que se pueda dejar al nuevo gabinete a cargo de la comunicación oficial.

En este sentido, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, es la cara del ciclo postpandemia optimista de apertura de estadios de fútbol, restaurantes y actividades turísticas, mientras que Aníbal Fernández oficia de vocero político. El tucumano busca encarnar todo lo opuesto a lo que se hizo hasta ahora (y que generó la derrota en las primarias). Mientras tanto, el ministro de Seguridad es el perro que ladra a los críticos y pretende lograr la cohesión interna (en un frente absolutamente partido).

Claro que todo es un fraude impresentable y el Gobierno debería volver a perder las elecciones legislativas próximas. Eso está fuera de dudas, al menos para el sentido común. Sin embargo, ellos están llevando a cabo al pie de la letra el mejor plan que consideraron posible. Hagan el desastre que hagan, de acá a los comicios no va a renunciar nadie, ni moverán ninguna pieza. Dependerá de la ciudadanía renunciarlos a todos.

Por : Marcelo Duclos

Nació en Buenos Aires en 1981, estudió periodismo en Taller Escuela Agencia y realizó la maestría de Ciencias Políticas y Economía en Eseade. Es columnista de opinión invitado de Perfil, Infobae y músico.